Por Elena Camarillo
Fundadora y Directora Ejecutiva
La primera vez que escuché de Gaby, fue de alguien que la admiraba. Pensaba que Gaby hacía un trabajo excepcional en la producción del programa de televisión de Actitud Latina en Seattle. La conocí unos días después, en el lanzamiento de un libro donde Gaby hizo una reseña del mismo. Yo ya había leído el libro y al escucharla pensé que era astuta con sus palabras. Mostraba empatía hacia el tema y el lector, y cuanto quería honrar el trabajo de la autora. Gaby me pareció amable, profesional y generosa. Ese día alguien nos presentó y no dejé escapar la oportunidad para comentarle lo mucho que me gustó su reseña. Empecé a admirarla también.
Meses después me la encontré en una reunión de la Sociedad de exalumnos del Tec de Monterrey. Platicamos toda la noche. Le compartí que había organizado el primer Congreso de Chingonas® en mi casa y en unos meses mis amigas y yo lo ofreceríamos a la comunidad. Al cabo de unas semanas, me invitó a una entrevista en Actitud Latina.
Hablar ante las cámaras me atemorizaba. Además, era escéptica de Facebook. Gaby me envió las preguntas para que me preparara y me aclaró que pensaba que yo ya estaba lista. Después de la entrevista me motivó y enseñó –con mucha paciencia—a ser parte de Facebook y utilizarlo para promocionarnos. Su apoyo en difusión fue fundamental para mostrar quienes éramos y por qué organizábamos el congreso.
Mis mentores siempre habían sido mis mayores. Ella era al menos 15 años menor que yo, y se volvió justo la mentora que necesitaba. Y yo, en su gran admiradora. La invité a que nos apoyara con redes sociales y para mi agrado, aceptó. Continuó apoyándonos aún después de que regresó a vivir a México, y para mi sorpresa y encanto, se involucró aún más en la organización de los siguientes congresos. Viajó a Seattle para asistir a los últimos dos.
Gracias a la pasión y entrega de Gaby hacia este proyecto, ahora nuestra misión y visión tienen alas. Su ética de trabajo, tenacidad, dinamismo, sensibilidad y tacto la convierten en la embajadora ideal para el congreso en México.
A Gaby el nombre del congreso le parece desafiante, así como es desafiante hacer la modestia a un lado cuando las mujeres nos proclamarnos competentes, trabajadoras, talentosas, exitosas. Y al igual que en Seattle, Gaby aspira a crear un espacio donde el diálogo de mujeres propicie una comunidad solidaria de quienes se saben chingonas, se reconocen por su chingonería y complementan su crecimiento o lo potencian a través de estas relaciones con otras chingonas.
Sí, Gaby quiere celebrar la chingonería de la mujer en CDMX. Para ello, ha tocado puertas, reconectado con colegas, hecho alianzas, colaborado con otros y mucho más. El congreso promete ser excepcional: con dinámicas de aprendizaje individual y grupal, así como de integración. Gaby ha inspirado la participación de expositoras destacadas en temas de finanzas, sexualidad, psicología, superación personal, coaching y estrategias de comunicación. ¡No puedo esperar!
Estoy segura que una vez que asistan al congreso el próximo 26 de octubre, querrán formar el club de admiradoras de Gaby. ¡Pido ser la presidenta!
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